Llega septiembre y hay reacciones divididas, primero están las personas que no les gusta las fiestas patrias por diferentes razones, otras personas felices al poder celebrar esta festividad y por último, para muchas personas significa una preocupación por la comida y alcohol en exceso.
Lamentablemente, esta preocupación es muy común, dado la extensa información y mensajes en redes sociales desde la cultura de la dieta, que invitan a la moderación pero desde la culpa, haciendo que las personas piensen cada vez más en que "deben ganarse" la posibilidad de comer alimentos calóricos (como los que hay principalmente en estas fiestas) o la necesidad de "compensar" llevando a la gente a dietas hiper restrictivas, ayunos intermitentes o batidos detox post 18.
Estos mensajes, además de ignorar completamente los daños colaterales que esto puede traer a la relación con los alimentos, el cuerpo y la salud, hacen caso omiso a todo el contexto sociocultural que tiene la comida en nuestras vidas y nos hace enfrascarnos solamente en calorías, grasas y azúcares. Por ejemplo, las tradiciones familiares, las empanadas de la abuela, el salpicón post asado, la sobremesa con , todas esas emociones y experiencias que tiene la comida también es importante.
Y ¿Qué pasa si quiero disfrutar de la comida pero no llegar al punto de que me duela el estómago, tenga acidez, reflujo u otro síntoma? ¿Cómo lo hago?
Esto es lo que llamamos alimentación consciente y se basa en que nuestro cerebro sólo puede tener una acción consciente al momento y las demás pasan a ser inconscientes. Un ejemplo muy claro en la alimentación es cuando estamos en la mesa conversando y están los picoteos en frente (ramitas, papas fritas, maní, etc) y los tomamos de manera automática o cuando comemos directamente desde el paquete mientras vemos una serie y no nos damos cuenta cuando ya no queda :(
Más allá de las calorías y porciones, esto trae que no disfrutemos la comida en su totalidad y que podamos consumir un mayor volumen de lo que mi estómago soporta, pudiendo tener esos síntomas molestos de sentirnos "hasta el tope".
Una herramienta muy útil es la Escala del Hambre, la cual nos invita a preguntarnos y evaluar antes de comer qué tanta hambre tenemos y después de comer qué tanta saciedad tenemos. Así, sin juicios, sabré si aún tengo hambre para comer un poco más o tomar un descanso porque mi cuerpo ya tiene todo lo que necesita.
*la gráfica no es de nuestra autoría. Por esa razón no se encuentran en lenguaje neutro incluyente de personas no binarias.
Esta es una forma de que cada persona mida sus propios volúmenes sin restricciones extremas y disfrutando del contexto que para ti tienen las fiestas patrias.
Recuerda que pesa mucho más los otros 362 días del año donde puedes elegir, en la medida de lo posible, una mejor calidad de la alimentación.
¡Que disfrutes mucho estas fiestas!
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