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¿De qué esta hecho un gran deportista?



Disciplina, fuerza de voluntad y organización, probablemente serían las características que diría si hiciésemos esta pregunta a su personal trainer, mencionando que la planificación es clave y nos lanzaría un estudiado discurso sobre como nutrir, descansar y entrenar para estar “mamadisimos” en un par de meses.

Y tiene sentido, hasta cierto punto ¿Por qué?

Veamos un poco atrás en el tiempo, en los comienzos la concepción del deportista partió con un hilo conductor que hasta hoy se mantiene: buscar la mayor eficiencia en la ejecución de movimientos.

Durante muchos años se estudiaron variadas condiciones que apuntaban a esto, con el fin de conseguir el éxito y los mejores resultados posibles, principalmente pensando en una competición.

La profesionalización deportiva y la mecanización de la técnica fue tomando fuerza con el fin de aprovechar el máximo potencial en el desarrollo de las capacidades. En consecuencia, las líneas investigativas y trabajos realizados sobre el cuerpo y el deportista, solo comprenden el campo del desarrollo del talento y la ejecución motora, convergiendo en la construcción de una teoría que unifica criterios, generaliza conceptos y universaliza diferentes practicas tendientes a maximizar las posibilidades de rendimiento (Paez,2021).

Así, el sujeto y el cuerpo en un plano simbólico de la práctica deportiva, fueron encarnando toda esta teoría biologicista, la cual no solo la constituye, si no que le da sentido y significado a la práctica.

Con este “marco conceptual” en mente, se desarrolla la construcción de la figura política del deportista intachable, rigurosos y profundamente comprometido con el éxito, en donde pierde su carácter individual y se comporta dentro de unos parámetros normalizados y adoctrinados, subordinados a este complejo teórico biologicista.

Pero cuidado, ¿es realmente suficiente para comprender el complejo mecanismo de desarrollo de un deportista? ¿podemos resumir lo que confluye en una persona solo en procesos biológicos, metabolismo y periodización del entrenamiento? ¿por qué no se consideran otros factores como sentirnos cómodos con el ambiente social donde hacemos ejercicio o enfrentar las características de mi cuerpo que tanto me cuesta ver en el espejo?


Mi invitación, es a pensar dichas concepciones que se esconden bajo un discurso socialmente legitimado, y re-pensar el simbolismo que constituye el deportista como sujeto y cuerpo político, cargado de cultura y sentires. No vaya a ser que sea humano, demasiado humano.


Entrenador SerFit

Zacarías Lizana


Referencias:

Paez, Erica Anahi.( 2021) ¿Cómo se construye un buen deportista? Una investigación desde las practicas. Universidad Nacional de la Plata.

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