La pandemia actual de coronavirus se ha convertido en el titular de salud más importante del último tiempo, donde por causa y consecuencia, también ha ganado atención una mejor comprensión del estado de salud mental en el población.
Las interacciones de factores sociales (que con las cuarentenas se ha reducido de manera considerable), ambientales (como la alimentación) y biológicos contribuyen a los trastornos psicológicos.
La dieta se considera un determinante ambiental que juega un papel clave papel en la salud mental. Investigaciones sobre factores dietéticos y la salud psicológica ha entregado información sobre la relación entre el consumo de alimentos y salud mental en condiciones de confinamiento.
Diferentes estudios han sugerido que el consumo de alimentos apetitosos (es decir, alimentos con alto contenido calórico contener altas cantidades de azúcares, otros carbohidratos y / o grasas) representan una estrategia para mitigar las emociones negativas, por ejemplo, ansiedad que puede ser inducida por estos factores estresantes.
El estrés puede afectar no sólo el estado de ánimo sino que también de diversas maneras a los sistemas del cuerpo: deprime el sistema inmune, afecta al sistema digestivo, aumenta los riesgos de enfermedades cardiovasculares junto con afectar los estados de sueño/vigilia, entre otros.
Por suerte hay formas más saludables de mitigarla:
Breaks Saludables: Tener breaks sin pantallas cada hora u hora y media de trabajo, en la cual estiremos nuestro cuerpo, nos hidratemos o cualquier actividad que nos ayude a nuestro bienestar. Esto ayuda a evitar la fatiga mental y visual.
Meditar y prácticas el Mindfullnes: Existen técnicas como éstas para ayudar a modular la hormona del estrés (cortisol) para evitar que se mantenga en altas concentraciones en el cuerpo, generando las cascadas de inflamación que conllevan a los problemas y enfermedades.
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3. Actividad Física: La actividad física ayuda a generar endorfinas y serotonina, lo que fomenta un mejor estado de ánimo y calidad de sueño.
4. Hobbies: Intentar invertir algo de tiempo en alguna actividad que nos guste y nos genere felicidad también ayuda a mantener el cortisol en niveles bajos.
Si bien el ritmo de vida y el contexto que vivimos nos puede generar sentimientos "negativos" y estrés, es nuestra opción aumentar las cosas que nos generan mucho bienestar y evitar en la medida de lo posible, lo que nos hace mal.
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